Antonio Calderón
Sucede que los aliens existen, ¿Quién lo diría, además de Jaime Maussan? Existen y aún así tengo que venir a la oficina y ver que mi espacio no se expande, se mantiene encerrado en este cubículo. Sucede que los aliens existen, y las búsquedas más populares en los Estados Unidos es que sí es posible tener sexo con nuestros visitantes estelares; aún no tienen contacto con nosotros y los aliens ya deben de cuidar todos sus orificios. Sucede que los aliens existen, pero el microbusero sigue subiendo gente a la unidad cuando claramente no hay espacio para un ciudadano más, incluso sus flatulencias tienen que viajar entre empujones y pisotones hasta la nariz de un desafortunado. Sucede que los aliens existen, y aún así los libros de texto de la SEP escandalizan a los padres de familia porque aparece una familia homoparental, habría que esperar ver tremendo revuelo que armarán cuando vean que en un futuro los estadounidenses serán pioneros en las familias transespecie.
Sucede que los aliens existen, y mi tía insiste en que son demonios sueltos, porque ya no voy a misa; siempre y cuando los aliens no me evangelicen a punta de rayos láser no tengo ningún problema con ellos. Sucede que existen, y no podría importarme menos, no me malentiendan, es un hecho sin precedentes, pero quizá tampoco tengan mucho interés en nosotros, y menos si tienen que preocuparse de las violaciones por parte de aquellos pelados. Sucede que ya todo sucede.
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