Calde
No hay vergüenza
y no hay debilidad
en haber sido
regalado un
concepto
que ha florecido
en bocas de extraños;
como tampoco es
sinonimo de amo
ser poeta y
benefactor
de palabra.
Es veneno
y ardiente llaga
cuando se cree
que el enunciante
es rígido
y ante el cambio
demanda ser llamado
como alma.
Lo tuyo
y lo mío:
una danza
de cansancio
entre deudas
y propiedad
privada
El «yo» es una flor
de colores vibrantes
y perfumes neón
pero todo pétalo
es el suspiro
de un tallo
y en el caso
del ego
una tormenta
eléctrica
que ha dado lugar
a un rayo
Ser el pincel
y ser nombrado
es un único flujo
de una creación
que en el mapa
de otro
se ha encontrado
Hay amores tan intensos
que al paso de siglos
eones y eones de milenios
ambos labios se funden
y hacen parecer
para los niños
y los ingenuos
una sola substancia
de carne y hueso
Pero si algo es permanente
en el constante cambio
es la impermanencia
del mismo universo
por lo que después
de largos años
no es imposible ver
el divorcio de
la luz y del fuego:
de la anatomía
y del género;
de la causa
y del efecto
de los colores
y de lo objetos;
del progreso
y del mañana;
y en nuestro caso:
de los nombres
y las palabras
pues bosques
y cráteres
copos de nieve
serpientes
y lunares
son apodados
bajo el nombre
que procura
la armonía
de un acorde.
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